Meghan usó un vestido azul marino de manga corta con el largo a la rodilla que tenía un cinturón incorporado para acentuar su figura, el modelo es de la firma australiana Scanlan Theodore. Como complemento, llevó un par de stilettos de una de sus marcas favoritas, Aquazzura, también en azul marino. En cuanto a los accesorios, eligió un bolso de mano y aretes de aro de los que cuelgan estrellas con circonias, de la firma Sophie Lis.
Después de ese encuentro, Meghan y Harry fueron a la Abadía de Westminster para reunirse con la familia real, a quienes no veían desde hace varias semanas, desde que anunciaron públicamente su separación de la familia. Para el tenso momento, la duquesa visitó un vestido con capa, en color verde esmeralda de de la diseñadora Emilia Wickstead, y a juego llevó un sombrero de red de William Chambers.
