Entrar al hotel es darse cuenta del auge y de la riqueza colonial que tuvo esta ciudad, pues la casona fue propiedad de una de las familias más acaudaladas del estado, y eso salta a la vista en la arquitectura de techos altos (los veranos en esta parte del país son cosa seria), además de grandes ventanas de hierro forjado, conservadas hasta el día de hoy.
Ya en el patio central nos cae el 20 de que estamos en una propiedad de Grupo Habita, pues la arquitectura, servicio y ambiente es 100% al que nos tiene acostumbrados; espacios bien aprovechados (la pérgola original es ideal para desayunar o para una cena romántica), y una arquitectura que contrasta pero armoniza con la historia del lugar.
La mayoría de sus 32 habitaciones se encuentran en un edificio moderno de cuatro niveles, en los que la vista a la bahía se consigue gracias a sus no pocos balcones y terrazas, algunas de ellas tan grandes como la habitación misma. Te advertimos que la arquitectura retro del lugar es totalmente "instagrameable".