Irónicamente, a Lisa nunca le gustó esa zona de la inmensa propiedad porque le parecía demasiado morboso tener que ver las tumbas de su familia desde la ventana de su hogar. "¿Cuánta gente tiene un cementerio para la familia en el patio trasero? ¿Cuánta gente tiene que recordar cuál puede ser su destino, su mortalidad, a diario? Todas las tumbas están alineadas y allí hay un sitio vacío, esperándome, justo al lado de mi abuela", desveló en 2003 durante una entrevista a Playboy.

Eventualmente fue el historial familiar de afecciones del corazón el que acabó costándole la vida: su padre falleció debido a una arritmia con fibrilación, su abuela Gladys Love murió de insuficiencia cardíaca a los 46 años, y su abuelo Vernon, de un paro cardiaco.