Aunque por el momento ni siquiera hay confirmación oficial de que Beyoncé vaya a regresar pronto a los escenarios, desde hace meses se ha venido informando de los pasos que habría dado la estrella del pop para ajustarse a los nuevos estándares que se han consolidado desde la irrupción del movimiento feminista #MeToo: un proceso muy costoso para ambas artistas, como han recalcado fuentes de sus respectivos entornos, pero sin duda necesario para dar ejemplo y exhibir así su inquebrantable compromiso con la causa.

"Janet ha tomado una página del libro de Beyoncé y ha implementado controles propios del #MeToo al tiempo que se organiza para su nuevo tour. Estas medidas van encaminadas a que todos sus bailarines, músicos y operarios estén libres de un historial de abuso sexual", señaló un informante al diario The Sun.
"Es imprescindible que este evento masivo sea además un espacio seguro para todos los implicados. No se pueden correr riesgos de ninguna clase", añadió la misma fuente.