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Pero las personas cercanas al caso han dicho ahora que hay otros involucrados que debieron ser declarados culpables por permitir que el intérprete alcanzara el nivel de drogodependencia en el que se encontraba cuando falleció.
Tras cumplir su condena, el médico del cantante dijo entre lágrimas que su experiencia en la cárcel fue "devastadora", después de ser perjudicado por la pena y el dolor tras la muerte de Michael y su propio juicio.
El especialista declaró que "siempre amará a Michael", a pesar de que cree que "no fue correcto" que él personalmente asumiera gran parte de la culpa por la muerte de la leyenda.

El cardiocirujano de 69 años -que salió de la cárcel en 2013 tras cumplir la mitad de su condena de cuatro años por homicidio involuntario- comenzó a trabajar para Jackson en 2006. Había administrado al intérprete de 'Thriller' varios medicamentos para ayudarle a dormir la noche de su muerte, en su casa alquilada en Holmy Hills, Los Ángeles.
Pero ahora el agente del Departamento de Policía de Los Ángeles, Orlando Martínez, admitió que es "increíble" que Michael Jackson no falleciera antes, debido a su aguda y continua adición a fármacos anestésicos como el propofol.
El detective dijo a la investigación de TMZ, 'Quién mató realmente a Michael Jackson': "Realmente creo que esta muerte era inevitable. Michael iba a conseguir lo que quería. Y si le decías que no, encontraba a alguien que lo hiciera por él. Hay muchas personas que tienen la culpa y que nunca han tenido un ajuste de cuentas por su muerte".