Los miembros fundadores aceptaron instituir un premio anual y centraron su atención en crear un trofeo. El director de arte de MGM, Cedric Gibbons, fue el encargado de diseñar una estatuilla de un caballero de pie sobre un carrete de película que empuña la espada de un cruzado.
La Academia recurrió al escultor George Stanley para realizar el diseño en tres dimensiones, y nació la estatuilla de renombre mundial. La creencia generalizada de que Fernández fue el modelo creció porque en aquellos días el cineasta buscaba una oportunidad en la Meca del Cine y mantenía una amistad con una de nuestras máximas divas, Dolores del Río.

Lolita estaba casada con Gibbons y supuestamente le presentó a Emilio, quien ciertamente tenía ese cuerpazo envidiable; la espalda ancha y la cintura estrecha. Laura Isabel Serna, profesora de la Universidad del Sur de California, quien estudia la presencia de mexicanos en el Hollywood de los años 20, acepta que este mito es "maravilloso", pero no comprobable.
Fruto de la coincidencia de fechas en las que El Indio conoció a Cedric y la invención de la estatuilla dieron lugar a esta historia de la que Charles Ramírez Berg, profesor de estudios cinematográficos de la Universidad de Texas, indicó que era posible de que el propio realizador mexicano, "sin malicia", fuera contado por ahí para alimentar la leyenda urbana.

¿Cuál es la verdad?
A pesar de que en el ideario colectivo es más romántico e idealista pensar que los latinos, en especial un mexicano, formaron parte fundamental de los cimientos de la creación de la industria cinematográfica más poderosa del mundo, a través de su sitio web y con una contundente frase, la AMPAS tira todo el mito.
En la amplia descripción del diseño se puede leer al final el esclarecedor enunciado: "No se utilizó ningún modelo durante el proceso de diseño". Con eso queda claro que sólo se trata de la figura estilizada de un caballero que sostiene una espada de cruzado de pie sobre un carrete de película con cinco bielas.