Todo el éxito de Vicente Fernández no sería sin el apoyo de la mujer que amaba: María del Refugio Abarca, mejor conocida como doña Cuquita, con quien estuvo casado por más de 50 años, y para muchas parejas, un ejemplo de perseverancia y amor que comenzó cuando ambas apenas eran unos niños y vivían como vecinos en Guadalajara.
Cuquita y Vicente se conocieron desde niños, pero cuando el ‘Charro de Huentitán' buscaba oportunidades para tener una vida mejor se mudó a Tijuana y la dejó de ver, sin embargo, durante una visita a su pueblo, quedó flechado de la hermosa jovencita en la que se había convertido y al salir de la misa le regaló una flor de laurel y le pidió que fueran novios, a lo que Refugio aceptó.