Este musical acerca de una joven cantante y un artista veterano en pleno declive ya había sido llevado a la gran pantalla en dos ocasiones anteriores: en 1954, con Judy Garland y James Manson, y en 1937 con Janet Gaynor y Fredric March.

El cuarto y último remake hasta la fecha se estrenó en 2018 entre una gran expectación porque suponía el primer gran papel en el cine de la estrella del pop Lady Gaga, acompañada por Bradley Cooper como su interés amoroso en la ficción, pero el resultado final supuso una decepción para Barbra.

En su opinión, se dejó escapar la oportunidad de recrear la historia desde una perspectiva nueva y con unos personajes radicalmente diferentes a los que habían protagonizado la trama anteriormente.
"Al principio, cuando me enteré de que se iba a hacer de nuevo, se suponía que iba a ser con Will Smith y Beyoncé, y pensé que era interesante. Hacerla de nuevo, pero diferente, con otro tipo de música, con más diversidad en el elenco, y me pareció una gran idea", confesó en una entrevista a 'The Sunday Project'.