“La primera película la rodamos en Portland, Oregon, y solo recuerdo tener frío y sentirme miserable", contó Hendrick a la revista. Y la pasó tan mal por el clima que de hecho, lo único que quería era deshacerse de sus compañeros actores.
"Recuerdo tener mis Converse completamente mojados y decir: '¿Sabes qué? Este grupo de personas es fantástico y estoy segura de que seríamos amigos en cualquier otro momento, pero quiero matarlos a todos’”.
Pero como dicen, después de la tormenta viene la calma así que el pésimo clima logró una sola cosa: unir al elenco, que formó una relación que perdura hasta ahora.
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"Había algo sobre aquella situación, como si pasaras por un evento traumático, como si sobreviveras a un secuestro y como que estás conectado de por vida [con esas personas]”.