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El hecho que pudo haber arruinado el éxito de las Spice Girls

La imagen que cada una les valió sus inolvidables apodos estuvo a punto de no existir por culpa de unos ejecutivos de marketing que querían ponerles uniforme
mar 12 marzo 2019 06:58 AM
Spice Girls
¿Las Spice Girls, juntas otra vez?

Las Spice Girls marcaron un antes y un después en la industria discográfica al convertirse en todo un fenómeno de masas en una época dominada por las boy-band y propagar un mensaje de empoderamiento femenino que iba ligado en gran parte a su imagen.

El sentido de la moda de cada una de ellas, a cada cual más diferente, acabó definiendo sus identidades individuales y dando pie a sus apodos: Melanie Brown era 'Scary Spice' en honor a su actitud desafiante, Melanie Chisholm se ganó el título de 'Sporty Spice' con su ropa deportiva, Emma Bunton y sus coletas la convirtieron inevitablemente en 'Baby Spice', Geri Halliwell era 'Ginger Spice' gracias a su melena pelirroja y a Victoria Beckham todavía la persigue su reputación de 'Posh Spice'.

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Irónicamente, en un principio estaba previsto que las cinco chicas picantes vistieran una especie de uniforme, según ha recordado Emma, pero por suerte para todos sus fans ellas consiguieron tener la última palabra sobre su vestuario. Y el resto es historia de la música.

"Recuerdo que yo me presenté el primer día con mi madre y estaban todas esperando, sentadas en el Fiat verde de Geri. Estaba muy nerviosa, pero supe en seguida que iba a tratarse de algo muy especial. Siempre tuvimos las ideas muy claras acerca de lo que queríamos hacer, lo que queríamos decir y cantar", ha explicado Emma en una entrevista al suplemento Stella del Sunday Telegraph durante la que no ha dejado escapar la oportunidad de recordar que, pese a ser un grupo creado como una maniobra de marketing en un mercado saturado por Take That o los Backstreet Boys, ellas nunca dejaron que otros manejaran su carrera por ellas.

Esa es precisamente la razón por la que, cuando miran atrás, ni Emma ni sus compañeras se arrepiente de los modelitos extravagantes y -en ocasiones- ridículos que popularizaron.

"No cambiaría nada, ni de lo que me ponía ni de lo que hice. Me siento muy orgullosa de que nunca nos tomáramos a nosotras mismas demasiado en serio, y probablemente por eso me siguen llamando Baby, pero es algo que me hace sonreír", ha afirmado.

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