Oscar 2023: ‘Women Talking’ imaginemos que ellas hablan
Sarah Polley adapta la novela de Miriam Toews con un reparto estelar sobre un grupo de mujeres menonitas que se reúnen para conversar sobre particulares episodios de violencia sexual.
A primera impresión, quién no conozca el texto en el que está basado este filme, pensará que está apunto de ver una película de época. Lo cierto es que los hechos que ocurren en Women Talking, son más cercanos de lo que parece o de lo que desearíamos.
No sólo en el terreno temporal, también en el espacial. El filme de Sarah Polley se aproxima a un grupo de mujeres que son parte de una comunidad religiosa agraria que se ha mantenido alejada de la modernidad.
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El material original es la novela de Miriam Toews (en México está publicada por Sexto Piso), la cual la propia autora ha dicho que se trata de “una respuesta imaginaria a hechos reales”.
Tanto el filme como el material original se centran en eventos reales que tuvieron lugar entre 2005 y 2009 en una colonia menonita en Bolivia. La versión cinematográfica no especifica una ubicación, en una intención de universalizar la violencia que sufren las mujeres.
"Lo que sigue es un acto de imaginación femenina", anticipa la directora desde el inicio. Y la frase puede tener una doble lectura. ¿Qué es lo que estas mujeres imaginan? ¿ Los ataques que han sufrido?
Durante años, hoy también, los agresores se defienden de las acusaciones para decir que son imaginaciones de las mujeres, que lo están inventando todo. o ¿Imaginan la posibilidad de escapar de todo?
En el caso de esta cinta se trata de la segunda opción. De lo que hablan las mujeres es de lo que les han hecho algunos de los hombres de la colonia. Se han colado en las habitaciones de mujeres y niñas por la noche, equipados con un aerosol que se usa para tranquilizar al ganado, para violarlas.
El problema ha dejado de atribuirse a fantasmas, demonios o “invenciones de las mujeres”. Entonces, mientras la mayoría de los hombres de la comunidad están fuera, intentando cazar a los supuestos responsables, un grupo de mujeres se reúne en un pajar para discutir y decidir entre perdonar y olvidar, quedarse y luchar o huir. La primera se descarta y toda la película girará en torno a esta disyuntiva.
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Rooney Mara, Claire Foy, Jessie Buckley, Sheila McCarthy, Judith Ivey, Liv McNeil, Michelle McLeod, Kate Hallett y Frances McDormand, plantean esta multiplicidad de voces que, todas en común sobre la violencia que revisen, siempre muestran puntos disonantes.
Uno de los aciertos de la cineasta canadiense es no contraponer a estas mujeres que sólo han sido educadas a partir de su fe, contra sus creencias, pues este es el centro de esta historia. No trata a los integrantes de la comunidad como habitantes anacrónicos. Su posibilidad de huir está sentada también sobre un bloque de cemento plomizo que es su propia religión.
La puesta en cámara es demasiado teatral, coloca a sus actrices en una contención que combina perfecto con su situación comunitaria. Un señalamiento muy puntual es la sensación de sobre discurso y llega a sentirse un tanto artificiosa como si tuviese claro su objetivo y dejase fuera toda posibilidad de conexión desde otro sitio.