Elvis Presley es una religión. Para la cultura estadounidense su figura va más allá del terreno artístico-musical, se ha enquistado en la identidad americana. En esa referencia a lo teológico, se basa el título de esta reseña a la biopic Elvis protagonizada por Austin Butler, donde el cineasta Baz Luhrman cuenta, al estilo de los evangelistas sobre Jesús, lo que podría ser la vida del “rey del rock”. Pero como sabemos, los detalles pueden variar.
Este es una biografía de altos vuelos, una producción impecable a la que Luhtman nos tiene acostumbrados en filmes como en The Great Gatsby, Moulin Rouge o Romeo y Julieta; sin embargo hay algo en esta cinta que se tambalea, que no logra cohesionarse y poco o nada tiene que ver con la espectacularidad.