El creador escénico, David Gaitán cierra el ciclo de su aplaudida puesta en escena ‘Edipo: nadie es ateo’ en el Teatro Esperanza Iris con un homenaje a Alejandro Luna.
La de David Gaitán es una presencia integral en las artes escénicas en México. Es actor, pero también director; es autor de sus propias historias, pero también ha traducido al español a los grandes de la dramaturgia: Ibsen, Shakespeare o W. Hancock.(Leo Manzo.)
El mito trágico de Edipo es una de las lecturas escolares obligadas. En este primer acercamiento, David Gaitán se obsesionó con este material clásico que califica de “muy poderoso” y comenzó una búsqueda por desarrollar una versión para que “el espectador realmente atravesara por esas emociones”, que propone en la teoría.
El resultado es el celebrado montaje Edipo: nadie es ateo, el cual cerrará un ciclo sobre el escenario del Teatro Esperanza Iris de la Ciudad de México con un homenaje al arquitecto Alejandro Luna, encargado del diseño escenográfico y de iluminación del montaje.
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Al mito de Edipo generalmente, dice el director ganador de tres Premios Metropolitanos de Teatro, le entramos y lo atacamos desde un contexto muy académico. “Parte de la pregunta era cómo hacer que el espectador realmente atravesara por esas emociones, por este fenómeno que descrito es muy fascinante: la tragedia, lo catártico y la anagnórisis que se describe como una mezcla de emociones muy poderosas”.
Carolina Politi y David Gaitán en un momento del montaje Edipo: nadie es ateo. (Danáe Kotsiras /Cortesía. )
Gaitán ya lo había hecho anteriormente con Antígona y con esta tragedia original de Sófocles, también se propuso la escritura de estos mitos para contarlos con un lenguaje moderno y verificable. “Sobre todo por trazar puentes con temáticas del presente y que en el presente nos atraviesan al tiempo que contamos la narrativa del mito original que hagan que la experiencia del espectador pueda ser poderosa que hagan que el espectador se aleje de la experiencia museística y se acerque más a algo que los atraviesa”.
La puesta tuvo dos temporadas antes del estallido de la pandemia y regresó recientemente en una temporada en Guadalajara. El primer cambio post covid es que el propio Gaitán interpreta a Edipo, un rol antes depositado en manos de Raúl Briones. “eso naturalmente implica un punto de vista nuevo para mi, para el resto del equipo”, explica.
Momento de la puesta en escena Edipo: nadie es ateo. (Danáe Kótsiras / Cortesía. )
El otro pulso es que la obra comienza justo con los reyes de Tebas discutiendo qué hacer frente a la peste que azota Tebas. Esto, en palabras de su director, ofrece nuevas capas de lectura y nuevas revelaciones. “El público está con tapabocas y eso genera una capa de performatividad que nunca anticipamos y que creemos que la obra gana en profundidad”.
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El montaje La obra escrita, dirigida -y ahora actuada- por el creador escénico David Gaitán aprovechará la ocasión de habitar un escenario de estas dimensiones, para honrar la trayectoria del arquitecto Alejandro Luna -padre del afamado actor Diego Luna- encargado de la escenografía y la iluminación en Edipo; nadie es ateo.
Edipo: nadie es ateo. (Danáe Kótsiras / Cortesía. )
Gaitán refirió que Luna es uno de los mejores escenógrafos de México y el mundo, aseguró que es perceptible el pulso de un intelectual escénico al trabajar en los teatros que él ha asesorado en su construcción.“Tiene una capacidad para entender la luz a partir de ecuaciones geométricas por un lado y cómo lograr desde un lugar absolutamente técnico, una sensación profundamente sutil e inefable que sucede en el cuerpo del espectador, todo a partir de los centímetros exactos en donde se coloca una luminaria, la inclinación exacta, el tiempo la intensidad, es decir la combinación del mundo técnico para lograr la poesía”, finaliza.
Edipo: nadie es ateo, bajo la dirección de David Gaitán y con las actuaciones de Carolina Politi, Adrián Ladrón, Diana Sedano, Ramón Morales y el propio Gaitán, se presentará este sábado 13 de agosto a las 19:00 y domingo 14 a las 18:00 horas, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris (Donceles 36, Centro Histórico, Metro Allende).
