El paraíso abrió sus puertas

Lo primero que enamora la mirada es el diseño de los espacios, una afortunada mezcla arquitectónica resultado de la combinación de texturas y colores uniformes de un modo simple, contrastando con la majestuosidad del mar como escenario principal. Para cualquier huésped hay una historia por contar, en donde la comodidad y el deleite son protagonistas.

Elegir Barceló Maya Riviera es, de principio a fin, una experiencia inolvidable. En sus 850 habitaciones con camas “Súper King, 500 de ellas con vista al mar y 110 piscinas privadas, de día y de noche se disfrutan al máximo los momentos de descanso. Quienes buscan deleitarse con nuevos sabores, los hallarán en alguno de los cuatro restaurantes de especialidades, dignos de una cocina de clase mundial.

Aquí no hay lugar para las preocupaciones, desde que comienza la mañana, el mundo parece tener sorpresas esperando. Además de disfrutar del color turquesa del mar Caribe, único en su tipo, este hotel también cuenta con la piscina “infinity” de mayor tamaño en la región, ideal para dejarnos fluir con el agua cálida.

El arte también tiene un significado especial en este lugar, por eso se ha invitado a la artista plástica mexicana Julie Sassón para llenar con la energía de sus obras: Oleada de luz y Ocaso, el lobby y el área lounge de Premium Level. En el recién inaugurado Barceló Maya Riviera nada es casualidad, cada área, los detalles y el servicio exclusivo de esta cadena hotelera, son el conjunto perfecto para darle a la vida un significado que renueva el espíritu de un viajero.
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