A diferencia de lo que se ha venido comentando y rumorando en las últimas semanas, incluso de lo afirmado por su biógrafo personal, Novak Djokovic no tiene intención alguna de recibir las dosis de la vacuna que protege contra los efectos más graves del coronavirus.
El número uno del tenis mundial reafirmó este martes su decisión y dejó claro que su libertad personal es más importante que su legado deportivo.
"Sí, ese es el precio que estoy dispuesto a pagar", contestó así de tajante cuando un periodista de la BBC le recordó que, de no vacunarse, no podrá disputar los próximos dos grand slams de la temporada, Roland Garros en París y Wimbledon en canchas londinenses, y probablemente ningún otro torneo de relevancia al menos hasta que la pandemia llegue a su fin.
Al tenista serbio tampoco parece quitarle el sueño el hecho de que Rafa Nadal se haya situado por delante, tras su victoria del pasado enero en el Open de Australia, en la carrera por establecer el récord histórico de grand slams acumulados por un mismo deportista.
Bajo el mismo argumento de la libertad de elección y la prioridad que otorga al bienestar propio, Djokovic ha defendido su decisión de hacer cuanto esté en su mano para responder a las necesidades de su propio cuerpo.
Nunca he estado en contra de la vacunación, pero siempre he apoyado la libertad de que cada uno escoja lo que mete en su cuerpo. Mis principios son más importantes que cualquier título o cualquier otra cosa. Siempre he tratado de estar en armonía con mi cuerpo tanto como me sea posible. Yo soy el que toma las decisiones sobre mi cuerpo