A sus apenas cinco años, el príncipe Luis, el hijo menor del príncipe William y Kate Middleton , ya tiene una idea bastante clara de lo que quiere ser cuando crezca.
Y no, no se trata de seguir el camino directo hacia los deberes reales o políticos. Según reveló su mamá, Kate Middleton, durante una reciente visita oficial, el pequeño Luis sueña con convertirse en piloto.
La revelación se dio durante un recorrido de Kate Middleton por la base militar de la Royal Air Force en Coningsby, ubicada en Lincolnshire, al norte de Inglaterra. En esta ocasión, Kate estaba cumpliendo con sus funciones como Comodoro Honorario Real de la RAF, un título que recibió en 2023 por designación del rey Carlos III.
Durante su visita, Middleton tuvo la oportunidad de conocer al personal, observar de cerca los aviones y hasta probar un simulador de vuelo, el mismo en el que los pilotos practican maniobras y acrobacias aéreas.
Fue allí donde, entre pláticas informales con los miembros de la base, Kate mencionó con una sonrisa que su hijo menor está "muy interesado en todo esto" y que sueña con ser piloto.
La admiración de Luis por los aviones no es casual. La historia de su familia está marcada por una cercana relación con la aviación. Su papá, el príncipe William, sirvió como piloto de helicóptero de búsqueda y rescate en la Royal Air Force.
Más atrás, su bisabuelo, el príncipe Felipe, también fue piloto militar. Y el príncipe Harry, su tío, voló helicópteros durante sus misiones en Afganistán. Todo parece indicar que el amor por volar es parte del linaje.
Además, esta no es la primera vez que alguno de los hijos de los príncipes de Gales expresa curiosidad por el mundo laboral. En distintas ocasiones, tanto el príncipe George como la princesa Charlotte han compartido intereses variados, desde el deporte hasta las artes escénicas.
Aunque aún falta mucho para que Luis elija un camino profesional real, la anécdota refleja un enfoque moderno en la crianza dentro de la familia real: permitir que sus hijos tengan aspiraciones propias y que puedan imaginar futuros más allá del protocolo.
En lugar de imponerles un destino, tanto William como Kate parecen interesados en escuchar los intereses personales de sus hijos y fomentar su desarrollo individual.
Pero Kate explicó muy bien durante su charla con el personal militar, convertirse en piloto no es tarea sencilla: “Se necesita mucho entrenamiento para llegar a volar uno de estos”, dijo refiriéndose al avión Typhoon, una de las joyas tecnológicas de la RAF, y que fascinó particularmente al pequeño Luis cuando lo vio.
