El duque de Sussex quiere dejar las cosas claras y quitarse la etiqueta de “mal hijo” que quieren colgarle (nuevamente) al salir a la luz versiones que indican que no asistirá a la celebración de los 75 años de su papá.
Por esta razón, el príncipe Harry aseguró que no fue invitado al cumpleaños del rey Carlos III. Así es que podemos decir que no lo dejó plantado; simplemente no fue… requerido.
“En respuesta a los titulares de los medios del Reino Unido, no ha habido contacto con respecto a una invitación para el próximo cumpleaños de Su Majestad”, se lee en un comunicado que un vocero de Harry envió al diario británico The Messenger.
Esto, en respuesta a publicación de The Sunday Times que indicaba que el hijo menor del rey de Inglaterra no iría a la celebración del cumpleaños del monarca, el próximo 14 de noviembre “a pesar de haber sido invitado”, según resalta Page Six.
“Es decepcionante que The Sunday Times haya informado mal de esta historia”, se lee en el comunicado emitido por el personal del príncipe Harry, luego de que el diario hiciera parecer que el hermano de William se habría negado a ir al cumpleaños del rey.
Si bien el Sunday Times informó que el príncipe Harry fue invitado y rechazó una invitación al evento que tendrá lugar en Clarence House el próximo 14 de noviembre, una fuente con conocimiento de la situación señaló a The Messenger que el Palacio “no había buscado acercarse” al hijo menor de Carlos III para invitarlo.
La respuesta de Harry ante esta situación es tan sólo un nuevo episodio de la aparentemente interminable batalla entre los medios británicos y el duque de Sussex, quien ha señalado los ataques que éstos han lanzado contra él y su esposa y que lo llevaron a los tribunales en el caso que sigue contra el Daily Mirror, diario al que acusa de haber hackeado sus líneas telefónicas.
Tal como nota The Messenger, el príncipe Harry, quien renunció a los deberes de la Familia Real en 2020 y ahora vive en California junto con su esposa Meghan Markle, estuvo en Reino Unido en septiembre pasado por la entrega de los premios WellChild y aprovechó el viaje para visitar la tumba de su abuela, la fallecida reina Isabel II, en su primer aniversario luctuoso. Anteriormente estuvo en Londres para la coronación de Carlos III, donde fue tratado como un invitado más y regresó a su casa en cuanto terminó la ceremonia protocolaria.
