Sarah Ferguson siempre se sintió muy orgullosa de haber logrado mantener una relación cordial con la reina Isabel II incluso después de que dejara de ser oficialmente una de sus nueras tras su separación del príncipe Andrés.
Tras la muerte de Isabel, Sarah Ferguson amenaza con decir lo que quiera
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La mamá de las princesas Beatriz y Eugenia, nietas de la fallecida soberana, nunca dejaba pasar la oportunidad de alabar públicamente a la familia real a pesar de que se rumoraba que su suegro, el duque de Edimburgo, la criticaba a todas horas en privado porque no le perdonaba los escándalos que protagonizó en el pasado, como ser fotografiada por los paparazzi mientras su asesor financiero aparecía mordiéndole los pies cuando aún estaba legalmente casada o aceptar dinero a cambio de facilitar acceso a su ex.
La lealtad de Sarah era una muestra de respeto a Isabel II y desde su fallecimiento se siente libre de decir lo que quiera sobre la familia real británica.
"Es como si como si me hubiera quitado los grilletes mentales del cerebro. No sé si es por la muerte de la soberana, pero ahora creo que puedo decir abiertamente lo que quiera sin preocuparme de ofender a alguien. Ahora soy la auténtica Sarah", anunció este martes a su paso por el programa Good Morning America.
Sus palabras podrían interpretarse como una amenaza velada a la monarquía, cuya imagen pública ha sufrido mucho a raíz de las acusaciones de racismo realizadas por los duques de Sussex, pero parece que en el palacio de Buckingham no tienen que preocuparse por lo que pueda decir Sarah.
Actualmente la duquesa de York se encuentra en plena promoción de su nueva novela romántica titulada A Most Intriguing Lady y ha realizado varias apariciones públicas en las que no se ha desmarcado en ningún momento de la postura pública a la que se ha ceñido desde su divorcio en 1996.
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Sarah sigue creyendo en la institución de la monarquía y en la inocencia de su antiguo esposo frente a las acusaciones de abuso sexual realizadas en su contra. En la entrevista que dio a Glamour, la duquesa sostiene que ella se casó "con un buen hombre" para dar a entender que no lo imagina manteniendo una relación de amistad con Jeffrey Epstein si hubiera estado al corriente de la trama de explotación sexual de menores que este último creó con su cómplice Ghislaine Maxwell.
Sin embargo, prefiere no pronunciarse acerca de la demanda que Virginia Giuffre interpuso contra su ex esposo por abusar sexualmente de ella cuando era menor de edad y que él cerró por medio de un acuerdo privado antes de que llegara a juicio.
En la conversación que tuvo con la revista prefiere evitar las preguntas sobre el príncipe Andrés y responde "chitón" cuando se las plantean para aclarar que no piensa decir nada al respecto.
De lo que sí ha hablado es de la salida de su sobrino Harry de la monarquía para aclarar que ella se alegra de que haya encontrado la felicidad en California junto a su esposa Meghan Markle y sus dos hijos, y que en ningún momento se atrevería a juzgar su decisión.
A título personal, la duquesa de York aboga por una reconciliación familiar, que podría producirse durante la coronación de Carlos III, aunque por el momento ni siquiera sabe si ella estará invitada.