Ingrid, segunda en la línea de sucesión al trono de Noruega detrás de su padre, el príncipe Haakon, podrá presumir desde ahora su primera condecoración extranjera, la de la Orden del Elefante, regalo que le ofrecieron los príncipes herederos de Dinamarca, Federico -padrino de bautizo de Ingrid- y Mary, en nombre de la reina Margarita, que tiene en gran concepto a Ingrid Alexandra.
Se trata de la orden de caballeros de mayor nobleza en Dinamarca y existe desde el siglo 15. Se representa con un pequeño elefante de concreto pintado a mano que va estampado con el monograma de la reina Margarita.
Tiene una interesante particularidad: cuando el caballero de la orden muere, debe devolverse a la Corona danesa, quien reutilizará el elefante para el siguiente caballero. Por ello, es de suponerse que el que hoy posee Ingrid ha pertenecido antes a algún otro personaje importante.
Ahora, cada vez que la princesa participe en un acto relacionado con Dinamarca, deberá llevarla.

Los demás representantes de las casas reales europeas no se quedaron atrás: Felipe VI, padrino de bautizo de la princesa, le dio una pintura; la princesa Elisabeth de Bélgica, unos aretes de diamantes; los reyes de Holanda, unas arracadas de oro y diamantes.
