La reina Isabel II acaba de perder a una de sus personas de mayor confianza con el fallecimiento de Ann Fortune FitzRoy, duquesa de Grafton, el pasado 3 de diciembre a la edad de casi 102 años.
Ann comenzó a trabajar en el Palacio de Buckingham en la década de los 50 como dama de compañía y, en 1967, fue nombrada Maîtresse de la Garde Robe, siendo una de las dos únicas mujeres que ocuparon este cargo a lo largo del reinado de Isabel II.
A pesar de que este puesto se creó originalmente para ocuparse de la ropa y las joyas de la monarca, en la práctica, las responsabilidades de la duquesa abarcaban asuntos mucho más importantes.
Como organizar la rotación del resto de damas de compañía de la reina -ella también lo era, aunque con un rango muy alto dentro del escalafón de Palacio- y ayudar en las ceremonias de Estado.
Además, era una amiga cercana y muy querida para la reina Isabel II. La duquesa de Grafton estuvo a su lado desde que comenzó su reinado en 1952.
A lo largo de las cinco décadas que pasó al servicio de Isabel II, Ann la acompañó en distintas visitas a otros países y en 1980 recibió la Real Orden Victoriana, una distinción concedida por deseo expreso del monarca británica en reconocimiento a servicios especiales prestados a la corona.
Su muerte es un duro golpe para Isabel, en especial después de que el pasado mes de abril falleciera también su esposo el duque de Edimburgo, a quien siempre había considerado su mayor apoyo.