Esa publicación, en opinión de un juzgado ordinario, constituía una evidente extralimitación de su derecho a la información al invadir el ámbito más privado de la duquesa.

A la hora de argumentar su postura, el periódico sostuvo que Meghan había contribuido personalmente a la exhibición pública de su plano más íntimo, precisamente al colaborar con Omid Scobie y Carolyn Durand en la redacción de la autobiografía no autorizada, que salió al mercado en agosto de 2020.
La que fuera protagonista de la serie Suits negó con vehemencia cualquier tipo de implicación en'Finding Freedom y reiteró que la obra no contaba con su autorización expresa ni con la del príncipe Harry.
Sin embargo, la corte siguió investigando esta historia a raíz de los recursos interpuestos por el Daily Mail, y dio con la clave del asunto al convocar al entonces jefe de prensa de la pareja, Jason Knauf, para que prestara testimonio y ofreciera todas las pruebas que tuviera en su poder.
El publicista presentó varios correos electrónicos que, efectivamente, demuestran que tanto Harry como Meghan facilitaron a los dos periodistas diversas anotaciones y orientación para que cualquier dato sobre sus antecedentes fuera completamente veraz y preciso.
"Estoy de acuerdo con que debemos decir que no hemos tenido nada que ver con esto. Igualmente, hay que ofrecer el contexto adecuado y el historial para ayudar a que la verdad salga a la luz", reza un extracto del mensaje que Harry envió al citado Knauf.