Así que, desde este 1 de abril, Meghan y Harry ya no tienen cargos reales y ahora, además de establecerse en su nueva mansión en Los Ángeles, también tendrán que buscar nuevas fuentes de empleo para mantenerse, ya que entre los derechos que perdieron al dejar la realeza se encuentra la remuneración económica que recibían por parte de la Casa de Windsor.
Mientras tanto, el personal que trabajaba para ellos en su oficina dentro del palacio fue despedido, sólo Sara Latham, quien se desempeñó como su directora de comunicación fue recontratada por la reina Isabel II: "Dada su decisión de dar un paso atrás, ya no se necesita una oficina en el Palacio de Buckingham.
