Esta decisión entristeció a la monarca, quien no tiene contacto con el bebé desde noviembre, cuando los Sussex anunciaron que se tomarían seis semanas de descanso previo al Día de Acción de Gracias. Cabe mencionar que, desde que nació el primogénito de Meghan y Harry , el niño ha tenido muy poca interacción con su familia paterna en comparación con la que ha tenido con Doria Ragland y Jessica, mamá y amiga de Meghan, respectivamente.
De acuerdo con el diario The Sun, esta decisión no solo significaría un acto de venganza en contra de la reina, sino también un problema para quienes se encargan de la seguridad de la familia. Los seis guardaespaldas que tienen a su disposición tendrán que reforzar sus esfuerzos para cuidar a los tres miembros de la familia en distintos destinos, lo que duplicará el costo de 50 mil libras que se paga por su seguridad.