La sentencia incluyó delitos como homicidio calificado, homicidio en grado de tentativa (contra Érika, su ex novia), robo calificado y privación ilegal de la libertad. Fue condenado a 138 años en prisión, pero tras una serie de apelaciones, la pena se redujo (como ocurrió en la apelación de 2010), a 71 años, siete meses y 27 días.

En cuanto a la “reparación de daños”, el sentenciado tendrá que pagar 217 mil 139 pesos por asesinar a los menores, 23 mil 400 a Teresa Guadalupe Coss y León Navarro (madre de los niños fallecidos) por tratamiento psicológico, al igual que 10 mil 400 a Érika Peña Coss y 23 mil 400 a Catalina Bautista Juárez, empleada doméstica de la familia, por el mismo concepto.
El caso dividió opiniones en México. Un joven apuesto y de un estrato económico elevado, envuelto en el asesinato de dos mejores de edad, miembros también de una buena familia. Todo sonaba extraño y las investigaciones y especulaciones no se hicieron esperar.