Pero el contagio de Trump no tomó a la opinión pública del todo por sorpresa. Días antes varios integrantes del gabinete y políticos que convivieron con él durante sus apariciones públicas de campaña, habían dado positivo a la prueba de coronavirus. Comenzando por Hope Hicks, una de sus asesoras más cercanas. La lista continúa con la presidenta del Comité Nacional Republicano, Ronna McDaniel; el senador republicano de Utah, Mike Lee; el senador republicano de Carolina del Norte, Thom Tillis; la ex consejera de la Casa Blanca, Kellyanne Conway; y el presidente de la Universidad de Notre Dame, el reverendo John I. Jenkins.
La enfermedad que Trump aseguró “desaparecería pronto”, no sólo no lo hizo, sino que logró alcanzarlo tambaleando sus últimas semanas en la carrera por ocupar por segunda ocasión la Casa Blanca.
La forma en que se manejó este brote en el círculo cercano a Trump, contó con la misma displicencia y menospreció que mostró desde el inicio de la pandemia y que se ha extendido en su actos de campaña en los que ha omitido el uso de mascarilla frente a multitudes donde no se aprecia el resguardo de la sana distancia.

La enfermedad que Trump aseguró “desaparecería pronto”, no solo no lo hizo sino que logró alcanzarlo tambaleando sus últimas semanas en la carrera por ocupar por segunda ocasión la Casa Blanca. Los analistas políticos anticipan que los próximos días serán cruciales para él y su trayectoria política.
En primera instancia, Trump ha tenido que cancelar sus apariciones públicas como parte de su campaña hacia la presidencia. Primero un mitin programado en Florida y después todas las actividades en, por lo menos, las próximas dos semanas. Eso incluiría la realización del segundo debate programado para el próximo 15 de octubre.
