Una ofrenda suspendida sobre reforma, donde el arte celebra la vida
 
        Dicen que en estas fechas la Muerte camina por la ciudad buscando nuevas historias. Este año, al recorrer Paseo de la Reforma, detuvo su andar frente al icónico Hotel Marquis, sorprendida por una escena que parecía desafiar el más allá: un auto de Fórmula 1 suspendido en el aire, cubierto de chaquiras que brillan y hacen parecer como si el arte hubiera encontrado una nueva manera de celebrar la vida.
Así es como comienza la nueva intervención del artista César Menchaca, quien por cuarto año consecutivo transforma la fachada del Hotel Marquis Reforma en un altar monumental que combina tradición, arte y contemporaneidad. Bajo el título Inspiración de vida, la muestra honra la pasión, el esfuerzo y la perseverancia de quienes, como los grandes atletas, avanzan con fe hacia sus sueños. La exposición podrá visitarse hasta el 8 de noviembre, invitando a los asistentes a celebrar la vida a través del arte.
 
           La pieza central —un auto del Catrín de Ayrton Senna recubierto por miles de diminutas cuentas de chaquira— parece flotar sobre Reforma como un símbolo de velocidad y eternidad. Cada destello representa el trabajo artesanal de las manos que lo hicieron posible, uniendo la herencia con la audacia del arte moderno. César Menchaca, reconocido por su capacidad para fundir lo ancestral con lo actual, vuelve a sorprender con una instalación que convierte al Marquis en un museo a cielo abierto.
Desde hace casi 35 años, el Hotel Marquis Reforma se ha consolidado como un emblema de hospitalidad mexicana. Pero en cada temporada de Día de Muertos, el edificio se transforma en un punto de encuentro donde el color, la memoria y la creatividad se entrelazan con la elegancia que la distingue. Tanto visitantes nacionales como extranjeros se detienen a mirar, fotografiar y dejarse envolver por la magia que emerge entre el lujo y la tradición.
 
           El Spa Marquis, reconocido como uno de los más exclusivos de la capital, completa la experiencia con tratamientos diseñados para reconectar cuerpo y espíritu. Inspirados en la naturaleza ancestral de México, sus rituales se convierten en un refugio de renovación, un espacio donde el descanso adquiere un significado casi místico.
La experiencia no se limita a la vista. La gastronomía también se suma al tributo: los restaurantes Heritage, Los Canarios y Terraza Santino presentan menús especiales inspirados en los sabores de la temporada. Aquí cada platillo muestra la capacidad de la cocina mexicana para reinventarse con sutileza y recordar a quienes ya partieron pero nos han dejado una valiosa enseñanza.
 
           Visitar el Hotel Marquis por estas fechas significa ser testigos de un homenaje vivo a lo que somos: un país que celebra la muerte como parte de la vida, que convierte el recuerdo en arte y el arte en legado. Frente a su fachada, bajo el brillo de las chaquiras y el eco lejano de los motores, queda claro que en México incluso la Muerte se detiene a celebrar la vida.