Pero, ¿cómo se convirtieron en un símbolo del torneo de tenis más prestigioso del mundo? ¿Y por qué siguen siendo tan importantes hoy? Aquí te lo contamos todo.
Las fresas de Wimbledon, más que un snack, una tradición británica

Tradición since 1877 (sí, desde el siglo XIX)
No es solo un antojo a medio match. Las fresas con crema empezaron a servirse en Wimbledon en 1877, el mismo año en que se celebró el primer campeonato. Según BBC, esta costumbre fue impulsada por la popularidad de las fresas entre la élite victoriana y su disponibilidad en los jardines de verano londinenses. El All England Club simplemente combinó dos placeres de la época: el tenis y el postre.

¿Por qué fresas y no cualquier otro postre?
La respuesta es fácil: temporada y status. El torneo de Wimbledon se celebra en julio, justo cuando las fresas británicas están en su punto más dulce. En el siglo XIX, eran consideradas un lujo de verano y símbolo de estatus. Además, eran fáciles de comer sin cubiertos: perfectas para un picnic o evento deportivo.
Wimbledon y su dosis anual de fresas
Cada año, durante el torneo, se consumen alrededor de 190,000 porciones de fresas con crema, lo que equivale a más de 38 toneladas de fruta. Y no cualquier fresa: deben ser de variedad británica, frescas del día y del tamaño perfecto (ni muy chicas ni muy grandes). Todo esto viene de la granja Hugh Lowe Farms en Kent, que tiene contrato exclusivo con el torneo.

El precio de una tradición
Comerse una porción en el torneo te cuesta aproximadamente £2.50, un precio que, sorprendentemente, se ha mantenido estable por más de una década. Pero esto no es casualidad, pues el All England Club lo considera parte esencial de la “experiencia Wimbledon”, y prefiere que sea accesible para todos los asistentes.
Las fresas de Wimbledon no van con cualquier crema
La crema que acompaña a las fresas no es cualquiera. Se trata de double cream, es más espesa, rica y consistente que la crema batida común. Tiene 48% de grasa, lo que permite que no se derrita tan rápido y mantenga esa textura tan amada por los británicos.

La estética importa
Sí, también es una cuestión visual. Wimbledon es un torneo que cuida hasta el último detalle de su elegancia clásica como el blanco de los uniformes, el verde de la cancha y el rojo de las fresas sobre crema blanca. Esta combinación no solo es deliciosa, también es Instagram-friendly desde antes de que existiera Instagram.
¿Y si llueve en Wimbledon? También hay fresas
La tradición no se detiene ni por el clima. Incluso en días lluviosos, los asistentes se refugian con una copa de Pimm’s y un bowl de fresas con crema. Es parte del ritual, tanto como los paraguas y el murmullo de los espectadores esperando que pase la tormenta.

Las fresas con crema en Wimbledon son más que un postre. Son un statement de identidad británica, una oda a la tradición y un homenaje a la temporada veraniega. Si algún día tienes la suerte de estar en el All England Club, no lo dudes, pide tu bowl, siéntate en el pasto (o en la grada) y disfruta del sabor de la historia.