Fue increíble ver la emoción de los fanáticos de los autos de carreras y los pilotos internacionales, sobre todo en las primeras pruebas, como la realizada al día siguiente en el municipio serrano de Jalcomulco. El recorrido contra reloj lo hicimos con Carlos Cordero, director de la Carrera Panamericana, quien es una verdadera enciclopedia respecto a esta competencia.

Por la tarde nos lanzamos a la Macroplaza de la ciudad, ubicada en el Malecón y zona centro del puerto jarocho, donde se realizó la ceremonia oficial, con el que se marcaba el “inicio formal” de la competencia, aunque para esa hora, muchos de nosotros ya habíamos vivido la acción en el asfalto.
La jornada del día siguiente prometía más emoción, y cumplió. Muy de mañana salimos rumbo al municipio de Acultzingo, en las escarpadas montañas de Veracruz, donde las curvas y voladeros pusieron a prueba a las máquinas y las habilidades de sus conductores. Esa vez fuimos, junto al equipo de TAG Heuer, sólo espectadores, pero las altas dosis de adrenalina no faltaron.