La madrugada del 22 de julio marcó el fin de una era para el rock: Ozzy Osbourne, icónico vocalista de Black Sabbath, murió a los 76 años en su casa en Buckinghamshire, tras un ataque al corazón.
Meses después, su esposa, Sharon Osbourne, rompió el silencio en una entrevista para Piers Morgan Uncensored, en donde reveló las últimas palabras del “Príncipe de las Tinieblas” antes de su muerte.
Sharon Osbourne, de 73 años, ha decidido abrir el capítulo más doloroso de su vida al recordar los últimos momentos junto a su difunto esposo Ozzy Osbourne, quien falleció en julio de este año.
Durante su participación en Piers Morgan Uncensored, Sharon relató con detalle la inquieta madrugada que precedió a la muerte de Ozzy.
“Estuvo levantándose al baño toda la noche… eran como las 4:30 a. m. cuando me dijo: ‘Despierta’. Le respondí: ‘Ya estoy despierta, me acabas de despertar’”, contó Sharon. Fue entonces cuando el “Príncipe de las Tinieblas” pronunció sus últimas palabras hacia ella: “Bésame”, recordó. “Y luego me dijo: ‘Abrázame fuerte’”.
"He said 'kiss me' and then he said 'hug me tight'..."
— Piers Morgan Uncensored (@PiersUncensored) December 10, 2025
Sharon Osbourne describes her last moments with husband Ozzy, telling Piers Morgan he had 'vivid dreams' during his final week.
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"No puedo evitar preguntarme si debí haberlo hecho. Si tan solo le hubiera dicho que lo amaba más. Si tan solo lo hubiera abrazado más fuerte. Y bajó, hizo ejercicio durante 20 minutos y falleció", dijo.
La matriarca dijo que gritó después de descubrir a Ozzy desplomado en el gimnasio de su casa.
A pesar de los múltiples problemas de salud que arrastraba, Ozzy Osbourne se empeñaba en mantener su rutina matutina de ejercicio. Según reveló Sharon Osbourne, el legendario músico solía pasar 90 minutos diarios en la máquina elíptica, disciplinado incluso en sus días más difíciles.
Sin embargo, la mañana de su muerte fue distinta. Sharon escuchó gritos procedentes del gimnasio y corrió inmediatamente. La escena que encontró cambió su vida para siempre.
“Tuvo un infarto”, contó durante su conversación con Piers Morgan. “Bajé corriendo y allí estaba… intentaban reanimarlo, y yo les decía: ‘No lo dejen. No pueden. Se ha ido’”.
En su relato, Sharon confesó que lo supo al instante: “Lo intentaron una y otra vez, luego lo subieron a un helicóptero y continuaron en el hospital, pero era evidente: ‘Se ha ido. Déjenlo’”.
