El papá de Naya Rivera le advirtió que no se metiera al lago donde se ahogó
George Rivera tuvo una conversación con su hija el mismo día de su muerte durante la que le pidió que no saltara del bote en el que estaba navegando porque hacía mucho viento.
La muerte de Naya Rivera dejó conmocionado al mundo del espectáculo en 2020 cuando se confirmó que el cuerpo sin vida de la estrella de 'Glee' había sido hallado en el lago Piru varios días después de que su hijo apareciera flotando a la deriva en un bote.
La teoría de las autoridades es que la actriz fue sorprendida por la fuerte corriente mientras nadaba y se ahogó por agotamiento después de conseguir poner a salvo al niño.
En un nuevo documental, George Rivera explica que tuvo una conversación con su famosa hija ese mismo 8 de julio mientras ella disfrutaba de un día al aire libre con su pequeño de 4 años. Naya le llamó por Facetime para pedirle consejo acerca de cómo anclar la embarcación con la que estaba navegando para poder saltar al agua.
George le advirtió que no estaba a bordo de un barco como los que ellos dos habían utilizado juntos en el pasado, sino en un pontón, y que lo primero que debía comprobar era si había alguna manera de dejarlo quieto. Aun así, no estaba seguro de que su hija supiera hacerlo correctamente y también se percató de que había mucho viento.
"Le dije: 'No saltes del maldito barco. Si tienes un ancla, puedes anclarlo, pero ¿sabes cómo hacerlo? Hablamos un rato y luego se colgó la llamada de FaceTime y esa fue la última vez que hablé con ella", reveló.
A pesar de que tuvo tiempo de advertirle varias veces que no se le ocurriera darse un baño, él se quedó con un mal presentimiento que se confirmó horas más tarde cuando las autoridades le llamaron para informarle de que habían encontrado a su nieto a bordo de un bote, pero que no había ni rastro de su hija.
George se subió inmediatamente a su coche para realizar el trayecto desde Tennessee, donde se encontraba, hasta California, pero estaba convencido de que Naya no aparecería con vida sin importar que fuera una buena nadadora.
"Cuando recibí la llamada en Knoxville, supe inmediatamente que se había acabado", afirma en un nuevo documental centrado en la supuesta maldición que pesa sobre la serie 'Glee'. "No encuentras a un niño de 5 años a la deriva, dormido en una barca al final de un lago sin su madre, y mantienes la esperanza. Yo no tenía ninguna esperanza".