En la ciudad eterna está estrictamente prohibido agredir o acabar con la vida de los animales salvajes. Aunque no se le atribuye directamente al realizador el deceso del ave, Bay debe responder ante la justicia como responsable principal de la producción cinematográfica, algo a lo que él se niega.
Fuentes cercanas al director contaron al medio TMZ que las acusaciones contra él son completamente falsas y que ninguna de las palomas usadas en la grabación, debidamente entrenadas, sufrió daños de ningún tipo.
"Todo el mundo que lo conoce sabe que Michael es un activista en favor de los derechos de los animales. Nada de lo que se ha dicho ocurrió en el set de rodaje. Hay docenas de testigos que recalcaron que eso simplemente no pasó", explicó un informante al citado portal de noticias. Sin embargo, la fiscalía sostiene que un miembro del equipo vio el accidente, tomó varias fotos y entregó todo ese material a la policía.
