El hecho de que para Orlando Bloom sea muy común mostrarse sin camisa (y en ocasiones haya sido captado completamente desnudo) va más allá de una cuestión de vanidad, pues el actor es la prueba viviente de que dedicar tiempo a la actividad física, en combinación con buenos hábitos alimenticios, son todo lo que se necesita para lucir una figura atlética.
Y más allá de la mencionada vanidad o de las exigencias que implica su profesión, el novio de Katy Perry le debe prácticamente la vida al ejercicio, ya que como explicó en una reciente publicación en su cuenta de Instagram, a los 19 años se rompió la espalda y los pronósticos de ese momento eran que no volvería a caminar.
Ahora, con 45 años de edad, Orlando se da el lujo de presumir la cicatriz que le dejó una caída desde tres pisos de altura que le destruyó las vértebras y que fue resultado de una época en la que el actor era un temerario que manejaba autos y motocicletas a altas velocidades, era un gran aficionado a la bicicleta y, por lo visto, no le tenía miedo a las alturas ni a los riesgos de tratar de alcanzar los techos escalando paredes.
