Nuestra reunión con Mr. Cumberbatch es a la distancia; su característica poker face está ahí, aunque la cambia y se torna expresiva al escuchar la pregunta de si el doctor Stephen Vincent Strange se convirtió en una especie del Rocky (por su relevancia en la cultura pop y cómo catapultó a Sylvester Stallone) de su carrera.
El actor se toma unos segundos y revela que es muy importante, pero siempre hay espacio para, no en el multiverso, sino en nuestra realidad, de seguir buscando aventuras profesionales que le permitan construir, así como su personaje en su más reciente filme, la mejor versión de sí mismo.
Tengo 45 años y hago estas películas (…) Es un músculo fantástico para ejercitarme de nuevo (en el quehacer actoral), para crear autenticidad a partir de literalmente ninguna cosa. Definitivamente es uno de los más grandes (de sus roles), y me ha dado alcance y libertad para apoyar, nutrir y financiar proyectos más pequeños
Mr. Cumberbatch nos confiesa que ama ese lado B suyo, de subirse a filmes con historias "delicadas y difíciles", alejados de la maquina de la Meca del Cine, que plantean tramas que si no contara con el respaldo de su faceta comercial, "no habría sido capaz de arrojar luz sobre ninguno, como productor o actor".

Por eso, nos dice sin tapujos, que está agradecido con Stephen, a quien define como un rol que, a pesar de estar inmerso en el universo de lo comercial, no está falto de profundidad: "Es ricamente complejo, un personaje gratificante y divertido de interpretar.
"Quiero decir, yo amo ser el Doctor Strange, pero pensar: '¿definió mi carrerra?'. Más bien, estoy en el viaje", abundó Benedict. Y es que está seguro de que Stephen también está on the path de convertirse en un líder, "eso es lo que lo hace realmente interesante".

Cumberbatch tiene claro lo que mantiene al público con ganas de ver más y más del Dr. Strange, con la llegada a los cines de México y el mundo de In the Multiverse of Madness, que lo reta de una forma muy particular, al darle muchas personalidades a su papel, según el mundo en el que se lo encuentra.
"Es un personaje muy flexible, que es maleable para su experiencia. Aprende muy rápido, como sabemos. No sólo intelectualmente, pero ahora también pienso emocionalmente. Está… profundizando su lenguaje emocional. Entonces es, diría… un líder en maduración", analiza Benedict.