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Frank Gehry: muere el arquitecto del Guggenheim de Bilbao y un visionario del deconstructivismo

Frank Gehry murió a los 96 años en Los Ángeles. Creador del Guggenheim Bilbao, transformó la arquitectura contemporánea con formas escultóricas, materiales innovadores y un legado que cambió ciudades enteras.
vie 05 diciembre 2025 04:21 PM
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Frank Gehry posa frente al museo Guggenheim. (Ander Gillenea/AFP)

Frank Gehry, uno de los arquitectos más influyentes de las últimas décadas, reconocido por el Museo Guggenheim murió este 5 de diciembre a los 96 años en su casa de Santa Mónica, California, tras una breve enfermedad respiratoria. Gehry fue una pieza clave en una era para la arquitectura contemporánea expresada en edificios una forma nueva de entender la ciudad.

Un revolucionario de las formas, un artista que convirtió el titanio, el acero y el vidrio en esculturas habitables que transformaron paisajes urbanos y culturales en diferentes partes del mundo.

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Nacido el 28 de febrero de 1929 en Toronto, Canadá, con el nombre de Frank Owen Goldberg, Gehry emigró de joven a Los Ángeles, donde estudió arquitectura y fundó su propio estudio. Allí desarrolló un estilo único y experimental. Su infancia, marcada por la imaginación y la creatividad, se convirtió en la base de una obra que rompió esquemas y cuestionó la ortodoxia arquitectónica de su tiempo.

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Walt Disney Concert Hall, diseñado por Frank Gehry en Los Ángeles. (Mario Tama /AFP)

Su estilo arquitectónico se asocia al deconstructivismo, un movimiento caracterizado por la fragmentación, las geometrías irregulares y el caos controlado. Gehry entendía la arquitectura como escultura: curvas imposibles, volúmenes ondulantes, superficies metálicas que se mueven con la luz y materiales poco convencionales que transforman el espacio. Su obra fue siempre una declaración de guerra contra las líneas rectas.

El proyecto que definió su lugar en la historia es, sin duda, el Museo Guggenheim Bilbao, inaugurado en 1997. Con placas de titanio que parecen flotar, curvas orgánicas y un sentido monumental de escala, la obra se convirtió en un símbolo global y detonó el llamado “efecto Bilbao”: un fenómeno urbano que demostró el poder de la arquitectura para revitalizar una ciudad completa.

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Gehry también diseñó otros edificios emblemáticos como el Walt Disney Concert Hall en Los Ángeles, una obra maestra de acústica y forma, con superficies metálicas que envuelven el volumen como una escultura viva; y la Fondation Louis Vuitton en París, una estructura que parece navegar entre cristales y madera. Cada proyecto llevó su sello: audacia, libertad y un profundo interés por las emociones que provoca el espacio.

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Frank Gehry, arquitecto. (Ethan Miller/Getty Images)

Más allá de las formas, su legado es cultural: Gehry cambió para siempre la relación entre la arquitectura y la sociedad. Sus edificios no solo albergan arte, sino que son arte en sí mismos; no solo llenan un vacío urbano, lo transforman. Para el público general, sus obras hicieron evidente que la arquitectura podía ser poética, sorprendente y profundamente emocional. Para los arquitectos, abrió el camino hacia nuevas exploraciones formales apoyadas en tecnología y diseño digital.

Hoy, el mundo despide a Frank Gehry, pero sus edificios seguirán hablando por él. Desde Bilbao hasta Los Ángeles, su visión sigue imponiéndose en el paisaje: estructuras que parecen desafiar la gravedad, metáforas de movimiento congelado, promesas de innovación. Gehry deja una lección definitiva: un edificio puede cambiar una ciudad, y una idea puede cambiar la historia.

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