En 2009, Avatar llevó a millones de espectadores alrededor del mundo a presenciar aquello que se anticipaba, era el futuro cinematográfico. recuerdo que fue la primera película que ví en el 3D que hoy conocemos, recuerdo incluso que los subtítulos se percibían borrosos. Pero todo era en favor de aquella innovación técnica que nos permitiría ver volar a las criaturas de Pandora tan cerca de nuestros ojos.
Trece años después, Avatar: The Way of Water, la primera de varias secuelas largamente esperadas dirigidas por James Cameron, puede percibirse como una conexión nostálgica, una gran historia sobre la urgencia del rescate planetario y una complaciente secuela, pero está lejos de ser el indicio de un punto de quiebre en la industria.