“Tenía un don, era magnético en pantalla y tenía un rostro que no podías dejar de ver, esto debido en parte a que —con su mirada inocente y la marcada línea de su mandíbula— fusiona con sutileza la belleza femenina y masculina” así reconoce Manohla Dargis su aparición en Amores perros (2001) y en Y tu mamá también (2002), ambas de Alfonso Cuarón.
También recuerdan su aparición en La mala Educación (2004), de Pedo Almodóvar, de la que comentan “le dio más profundidad a su imagen pública con una mancha de labial y una frialdad psicológica que causó un nuevo revuelo.” Así como en No (2013) de Pablo Larraín, donde interpreta a un joven exitoso chileno “Tiene onda, pero no es intimidante; es apuesto pero accesible; es gracioso, pero sin llegar a ser odioso; es seguro de sí mismo, pero no es fanfarrón”, se expresa A.O. Scott.