Las formulaciones de productos en crema están hechas a base de agua, así que aplicarlos en temperaturas extremadamente bajas puede ser contraproducente, ya que si el agua se congela, provocará que los capilares se rompan. Por eso, si te encuentras a temperaturas menores a los cero grados centígrados, los productos con texturas en aceite definitivamente son un infalible. Y sí, sabemos que muchas veces esta palabra puede asustar, sobre todo cuando tu piel tiende a ser grasa o mixta, pero tranquila, no es un aceite de cocina. Por el contrario, está comprobado que estas fórmulas regulan la producción de sebo, calman y ayudan a nutrir desde una capa mucho más profunda sin importar tu tipo de piel.
¿El resultado? Mayor elasticidad, luminosidad e hidratación , pero la mejor parte es que después de utilizarlos por un largo periodo de tiempo puedes empezar a ver cambios positivos en cuanto al tono y la textura de la epidermis.
Apuesta por el producto que mejor se adapte a tus necesidades, y ten en cuenta que también puedes utilizarlo en el pelo –de medios a puntas– y en todo el cuerpo, sobre todo para darle un shot de hidratación a aquellas zonas extra secas como codos, rodillas e incluso cutículas.
