Pocos minutos después de la hora pactada para el inicio del partido, empezaron a circular en redes sociales imágenes que mostraban el caos que se desató en las inmediaciones del Stade de France. Usuarios de redes mostraron los forcejeos, peleas, intentos de robo y gente tratando de colarse al estadio sin tener boleto.
Esos incidentes llevaron a la policía a actuar con contundencia y cierta arbitrariedad, hasta el punto de que finalmente los golpes de macana y el uso de gases lacrimógenos acabaron afectando a delincuentes y espectadores inocentes por igual.

Las familias de los futbolistas que, en esos momentos, calentaban en el terreno de juego sin todavía explicarse qué estaba ocurriendo exactamente en el exterior, también sufrieron en carne propia la mezcla de vandalismo y brutalidad policial que se concentró en los instantes previos al juego entre el Liverpool y el Real Madrid.
