Sofía Cortina es, hoy día, un referente de la pastelería mundial y ciertamente en la gastronomía mexicana, lo que ha incrementado su visibilidad. Su procedencia y recorrido dan cuenta de una carrera vertiginosa, pero no desprovista de esfuerzo incesante y, sobre todo, de claridad de objetivos y visión: perfección en la pastelería, dulzor natural que aprovecha la ingente riqueza de los productos de nuestro México querido, sustentabilidad y técnicas francesas como base de un edificio que se yergue en el horizonte que da testimonio de la combinación de pasión, vocación y éxito.
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No se puede prescindir de algunas líneas para señalar sus influencias más profundas: la educación y el cariño de nuestros padres –señaladamente la disciplina de mamá–, el tutelaje de Enrique Olvera y Alejandra Rivas, su paso por el Espai Sucre y Dos Palillos, allá en Barcelona; Pierre Hermé, en París.
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Resulta inevitable pensar que la historia con La Vitrine, pastelería que abrirá en unos días de la mano del celebérrimo chef Edgar Núñez, correrá con su mismo éxito: los días desprovistos de éclaires, chouquettes y las cosas más lindas de la viennoiserie y boulangerie clásicas, con producto mexicano, están por terminar, mientras celebramos la carrera de este indiscutible agente de cambio y felicidad. ¡Más postres!
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