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Lo que nos contó Teresa Álvarez, primera dama de Durango

La presidenta del DIF Estatal de Durango platicó con nosotros sobre su rol como esposa del gobernador, Jorge Herrera.
lun 15 septiembre 2014 01:00 PM
La primera dama de Durango posó junto a otras 15 primera damas de México para la actual edición de la revista Quién.
La primera dama de Durango posó junto a otras 15 primera damas de México para la actual edición de la revista Quién.

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Junto a otras 15 primeras damas y Angélica Rivera, esposa del presidente de México, Enrique Peña Nieto, Teresa Álvarez del Castillo figura en las páginas de la última edición de la revista Quién, “Cómo viven y ejercen el poder”, no te la pierdas aquí. Estudios: Idiomas y Contabilidad Le gusta: Escuchar música, leer y compartir tiempo consu papá. Admira: A Sor Juana Inés de la Cruz Definición de sí misma: “Mujer muy analítica, tolerante, accesible y paciente.”

La fe unió a Teresa con Jorge Herrera. “Nos enamoramos porque somos muy afines en algunas ideas. Tener una fe firme es parte de la tradición de familias, así que hicimos click porque coincidimos en muchas cosas en cuanto a religión. Ambos somos de familias muy tradicionales. Tenemos 26 años de casados, nos conocimos cuando yo estaba en la preparatoria y el en sus estudios universitarios”, cuenta.

“¿Que cuál es e lugar de las esposas de los gobernadores? Es al lado de ellos, pero muchas veces hay que ir atrás porque finalmente ellos son los que llevan las riendas de un estado, ellos son las que toman las decisiones que a veces son muy complicadas y difíciles y no te pueden arriesgar a ir al lado. Así que vas a ir a lado como la compañera y el apoyo que ellos necesitan, pero muchas veces debes ir atrás y no pasa nada, pues finalmente nosotros no fuimos electas sólo vamos acompañándolos. Debemos acomodarnos a las situaciones de cada espacio, de cada situación y cada problema por que si no podría haber dos gobernantes y eso está muy complicado”.

“Hay que dejar siempre tiempos para la familia para platicar de pareja y tiempo para que no se vaya a romper la relación. Ellos tienen que atender tantos compromisos y tantos proyectos, que a veces puede ser un poco complicado y nosotras tenemos que pelear esos espacios para platicar de nosotros mismos, de los hijos y hasta de si quieres cambiar los cojines de la sala”.

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