La duquesa de Cornwall casi llegó a las lágrimas cuando, acompañada por su esposo, el príncipe de Gales, se reunieron en la catedral católica ucraniana con miembros de la comunidad de dicho país en Londres.
A su llegada, Carlos y Camila fueron recibidos por el arzobispo Kenneth Nowakowski, así como por el embajador ucraniano Vadym Prystaikco y su esposa, Inna.
Se encontraron también con niños de una escuela local, líderes de la comunidad ucraniana en la capital británica y voluntarios de las caridades del príncipe y la duquesa relacionadas con los esfuerzos de apoyo al país atacado por Rusia.
Cuando los presentes interpretaron la canción Chrevona Kalyna, melodía que cantaban los soldados ucranianos en la Segunda Guerra Mundial, la duquesa contuvo el llanto. Más adelante, la pareja dejó flores, y cada uno encendió una vela en honor a quienes sufren la dolorosa situación.
El príncipe, que ya había expresado en público su indignación por la agresión rusa hacia Ucrania, volvió a dar un mensaje a los presentes, esta vez un poco más personal.
“Debo decir que mi esposa y yo nos hemos sentido realmente conmovidos por todo lo que hemos escuchado hoy durante nuestra visita y sobre todo por la extraordinaria valentía, generosidad y fuerza de la comunidad ucraniana frente a esta terrible agresión”.