La hija del príncipe Andrés y Sarah Ferguson escogió para su gran día el castillo de Windsor, el lugar donde ha pasado el período de confinamiento con su ahora marido y donde también se casó su hermana Eugenia el año pasado, pero su paso por el altar ha sido muy diferente al que tradicionalmente se espera de un miembro de la familia real.
En primer lugar, ella se inclinó por la Real Capilla de Todos los Santos, que se encuentra en los terrenos de Windsor Great Park, y a diferencia de la boda de Eugenia, que se ofició en la capilla de San Jorge, la suya no ha sido televisada ni ha congregado a un sinfín de curiosos.

De hecho, las medidas de distanciamiento social que aún siguen vigentes en Reino Unido solo permiten las reuniones de hasta 30 personas, por lo que la lista de invitados habrá sido muy reducida.
La periodista Rebecca English, editora de realeza del Daily Mail, confirmó que sus abuelos, la reina Isabel II y el príncipe Felipe, estuvieron presentes mientras Beatriz y el empresario italiano se daban el 'Sí, acepto' a las 11:00 am frente a una veintena de personas.