No es requisito estar casado para aspirar o tener un puesto de elección popular, pero es un hecho que una relación de pareja estable ayuda a generar una mejor percepción de la imagen ante de los votantes.
Para muchos se trata de una estrategia, pero es un hecho que más allá de generar una mayor empatía con el electorado, la pareja también representa un soporte para los funcionarios, quienes, después de todo, también tienen derecho a tener una media naranja.
“Llegué a pensar que nunca me iba a casar”, nos contó entre risas la panista María Teresa Jiménez Esquivel, a quien entrevistamos en marzo pasado en la Ciudad de México. Y es que la hoy funcionaria de 39 años está de lleno en la política desde que tenía 18 años, lo que la llevó, dice, a tener poco tiempo para su vida personal.
Pero para inicios de 2022, la originaria de Valle de Bravo, Estado de México, y residente en Aguascalientes desde hace un par de décadas, ya había iniciado una relación con el ex presidente municipal de San Miguel de Allende y aficionado taurino, Luis Alberto Villarreal.
Para el 5 junio del año pasado, ya con el triunfo de Tere en las elecciones locales, Tere Jimenez empezó a planear su gobierno, equipo de trabajo… y su boda, que se realizó el 16 de julio, con solo 50 invitados, tres meses antes de tomar protesta como ejecutiva estatal.
Hace ocho años, en Puerto Vallarta, Jalisco, el ahora gobernador de Nuevo León y Mariana Rodríguez se conocieron y empezaron una de las relaciones más mediáticas de la política mexicana en pleno boom de las redes sociales.
Él ya tenía una diputación local al salir favorecido por los un gran número de votantes regios, entre ellos Mariana, quien lo ubicaba perfecto (al igual que él a ella), pero la pareja, a pesar de tener amigos y conocidos en común, nunca fueron presentados.
Ella tenía 19 y él 27, así que Mariana, animada por su familia, se comunicó con Samuel a través de Facebook, a donde el político ya le había mandado una solicitud de amistad, y así empezaron a salir. La boda fue el 27 de marzo de 2020 y tres años llegó su primera hija.
El hombre que terminó con 71 años de priismo federal llegó al poder el 1 de diciembre del año 2000, pero desde inicios de ese mismo año, mientras empezaba su precampaña presidencial, el guanajuatense (aunque nacido en la Ciudad de México) ya había empezado una discreta relación amorosa.
Se trataba Marta Sahagún, su vocera y ex coordinadora de promoción y cuidado del voto durante la campaña a la gubernatura de Guanajuato, en 1995. Martita siguió colaborando con Fox incluso cuando se le destapó como el candidato del PAN a las presidenciales en el año 2000.
La boda fue el 2 de julio de 2001, ya en Los Pinos, en una fecha que resulta más que especial para el entonces presidente; pues ese día celebraba también un año de su histórico triunfo en las urnas, en su cumpleaños número 59 y el día que se dio una segunda oportunidad en el amor.
Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera conformaron una de las parejas presidenciales más mediáticas de los últimos años. Él era uno de los políticos más carismáticos del momento (que venía de gobernar el Estado de México, el que históricamente más votos representa para el PRI) y ella una de las actrices de telenovelas más populares de Televisa.
boda
El final del mandato presidencial de Peña Nieto, a finales de 2018, también marcó el ocaso de su relación Rivera, tras más de una década de relación, pues la pareja empezó a salir cuando el político empezaba su tercer año como gobernador, en 2008.
La boda fue en noviembre de 2010, cuando el nombre del funcionarios se empezaba a manejar como un posible candidato del Revolucionario Institucional a la presidencia. El tricolor quería recuperar el poder tras dos sexenios de panismo, y con Peña, lo logró.
La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, recién estrenada como abuela gracias a Rodrigo, su hijo, anunció a finales del año pasado que pronto se casaría con su novio José María Tarriba, con quien ya tuvo antes una relación, cuando ambos estaban en la universidad.
Aquel noviazgo no prosperó y con los años la hoy corcholata para las elecciones presidenciales de 2024 se casó (en 1987) con el también político Carlos Imaz, con quien completó tres décadas de matrimonio, del que nació Mariana, la hija de la funcionaria.
El reencuentro de Claudia Sheinbaum con José María se dio meses después del divorcio de la funcionaria, en 2017, y desde entonces han estado más cerca que nunca, aunque fue en los últimos años, desde inicios de la pandemia, que se volvieron inseparables.
