Así es el protocolo para políticos y jefes de Estado en el funeral de Isabel II

Pero al tratarse de un evento que además de diplomacia y relaciones internacionales, tiene un carácter de Estado y de gobierno, las maneras y formas protocolares adquieren otras dimensiones, que todos los presentes, incluyendo los funcionarios y servidores públicos, deben seguir.

Por inicio de cuentas, nadie puede llegar en vuelos privados al aeropuerto Internacional de Londres, donde, sobre todo desde el fallecimiento de la Reina Isabel II, el pasado 8 de septiembre, se ha intensificado el tráfico aéreo, considerado en condiciones normales, como uno de los más congestionados de Europa.

Las restricciones en el cielo de la capital de Reino Unido incluyen algunos vuelos comerciales (sobre todo en los que tienen fines meramente turísticos), además de los trayectos y traslados en helicóptero. En tierra, los coches de las embajadas y consulados, tampoco están permitidos.

Las restricciones incluyen la no exhibición de banderas nacionales o locales (incluso en los aeropuertos alternos del país), además, en cuanto a los traslados, es estrictamente necesario el uso de autobuses exclusivos y previstos por el gobierno de Reino Unido, al tratarse de un funeral de Estado en grado máximo.

Los invitados, un representante del gobierno de cada país, deberá asistir acompañado de su pareja, pero la invitación no puede ser entendida a alguien más de su familia. El evento contempla solo a funcionarios de alto rango.

Al ser también un evento religioso y militar con la presencia del féretro real, la formalidad incluye vestimenta discreta y cubierta en estricto color negro. Las reglas de protocolo serán las mismas para miembros de la realeza, celebridades, presidentes y primeros ministros de países como Joe Biden, presidente de Estados Unidos, y Emmanuel Macron, de Francia.