Entre risas y sabores que despiertan los sentidos, Creative Roads Experience volvió a recordarnos el lado más delicado de la creatividad. Así se vivió Rosé, la propuesta gastronómica del Chef Vicente Torres que llevó a las invitadas de este viaje hosteado por Leading Women by Ana Pazos a celebrar el poder de crear y el placer de compartir lo que nos inspira.
Moxi: una cena llena de emociones, sabores y conversaciones

Vicente Torres, originario de Ibiza, España, cuenta con más de 25 años de experiencia en la cocina y fue en España donde consiguió una estrella Michelin para el restaurante La Sucursal en Valencia. Su gastronomía se define como alta cocina de autor donde los ingredientes, el sabor y las técnicas tradicionales determinan el sello del chef. Busca reflejar la responsabilidad de utilizar y servir los alimentos en su mejor versión posible.
Hace casi 20 años Vicente Torres llegó a la Ciudad de México. Hoy, en el corazón de San Miguel de Allende y al frente del restaurante Moxi dentro del Hotel Matilda, el chef nos invita a descubrir un menú que celebra la creatividad y los sabores de los ingredientes locales.

La segunda jornada de Creative Roads Experience concluyó con una cena inolvidable en Moxi, donde el reconocido Chef Vicente Torres diseñó un menú inspirado en la creatividad, feminidad y elegancia.
Bajo el concepto “Rosé”, la experiencia fue un recorrido sensorial que fusionó innovación y emoción. Cada tiempo fue una expresión de arte culinario, delicado, atrevido y profundamente femenino. Maridado con los vinos Domaines By Ott, el encanto local de Wynne y el toque burbujeante de Louis Roederer Champagne.

El menú lo describe Vicente Torres como “muy estilo San Miguel”: fresco, colorido y lleno de productos locales de alta calidad. Moxi se abastece de los mejores ingredientes de productores orgánicos, llevando cada plato a celebrar la riqueza de la tierra, la innovación del chef y la esencia del destino. Entre los imperdibles de la noche estaban la crema de calabaza, la costilla y el pulpo, dejando a todas con ganas de más.

Pero si hubo un momento que marcó la noche, fue el postre: una reinvención moderna del clásico fresas con crema. El platillo estuvo compuesto por fresas frescas y deshidratadas, bizcochitos de fresa y una crema ligera que equilibró texturas y sabores en perfecta armonía. Un cierre descrito como un deleite que resumió la esencia de la noche
Más allá de los sabores, la cena en Moxi fue una celebración de la creatividad entre risas y conversaciones con una copa en mano, donde su propósito era inspirarse mutuamente.