Hoy, ese sueño es realidad. Su restaurante Kol, que mezcla raíces mexicanas con técnicas británicas, es uno de los más aclamados en la escena gastronómica internacional, y su historia es una prueba de que la pasión, el enfoque y la autenticidad siguen siendo los ingredientes más poderosos para el éxito.
Así fue como Santiago Lastra llevó su restaurante al éxito

La receta detrás del éxito de Kol
En una entrevista reciente, Santiago abrió su corazón y compartió lo que hay detrás del brillo de su restaurante: “No importa cómo se vea tu realidad ni de dónde vengas. Lo que realmente importa es qué tan devoto eres a tu visión.” Con esa mentalidad, Lastra no solo construyó un concepto gastronómico único, sino que también formó un equipo con quienes comparte valores, talento y una ética de trabajo imparable. Kol no es solo un restaurante, es una comunidad creativa que honra el origen sin caer en clichés.

La fórmula Kol, México en clave moderna
Lo que hace especial a Kol es su enfoque, no se trata de replicar platillos tradicionales, sino de reinterpretarlos con ingredientes locales y una mirada global. El resultado es una cocina profundamente mexicana, pero pensada para el paladar inglés, honesta y emocional.

Desde moles con hongos silvestres británicos hasta tortillas hechas a mano con maíz importado de México, cada plato cuenta una historia. Y esa historia, claro, empieza con Santiago, un chef que encontró su voz lejos de casa, pero sin dejar de cocinar con el alma de su tierra.
Apenas es el comienzo...
“Me despierto todos los días con ganas de seguir creciendo y aprendiendo”, dice Santiago. Y eso se nota. Aunque Kol ya es un restaurante con estrella Michelin, Santiago lo ve como un punto de partida, no como un destino final. Está en constante preparación, siempre listo para lo que venga, y con los pies bien puestos en la tierra.

Y si algo deja claro su testimonio, es que no se trata solo de talento, sino de tener visión, paciencia y, sobre todo, rodearte de gente extraordinaria en el camino.
Kol es un tributo a la evolución, la identidad y la resiliencia. Y Santiago Lastra, su creador, es la prueba de que incluso los sueños más ambiciosos pueden cocinarse a fuego lento hasta convertirse en algo inolvidable.