Nuestro cuerpo es muy sabio y sabe escucharnos detenidamente, por esta razón, cuando nos alteramos o pasamos por un momento lleno de estrés nos manda señales. Podemos notar que se nos acelera el pulso, nuestra temperatura corporal aumenta, subimos nuestro tono de voz e incluso en algunas ocasiones nuestros músculos comienzan a ponerse tensos. Es aquí cuando sabes que es momento de buscar soluciones, estas herramientas pueden ayudarte.
1. Aprende a escuchar a tu cuerpo
Es importante mantenernos alerta ante las señales que nos manda el cerebro cuando estamos frente a situaciones de tensión para así volvernos capaces de identificar cómo es que tu cuerpo reacciona ante las adversidades y de esta forma poco a poco aprender a gestionar tus emociones y mantener la calma. Para conseguirlo, es necesario detectar la forma de poner un alto a aquellas situaciones invasivas que te generan un alto grado de estrés para así encontrar la calma después de cualquier tormenta. Si te vuelves capaz de controlar tus pensamientos ya tienes más de la mitad del trabajo realizado.