Es imposible evitar por completo esos días abrumadores en lo que pareciera ser que nada tiene sentido, pero podemos hacer que disminuyan de manera significativa si concentramos nuestra energía en las cosas que realmente resultan importantes, estas son tres cosas que puedes hacer para conseguirlo.
Visualiza el problema
Pon las cosas en perspectiva, muchas veces, las problemáticas que planteamos en nuestra cabeza son mucho menores de lo que parecen. Por eso, la próxima vez que le estés dando vueltas y vueltas al mismo asunto, te invitamos a plantearte la siguiente pregunta, ¿Esto será importante para mí en 5 años? ¿O incluso en unos meses? Esto te ayudará a darte cuenta de que ningún problema es tan grande, por lo que podrás dar vuelta a la página y continuar con tu día.
Enfócate en el presente
Muchas veces en lugar de vivir en el presente, viajamos al pasado y al futuro. Nos cuestionamos qué habría pasado si hubiéramos actuado de determinada manera e incluso nos preguntamos qué va a ser de nosotros el día de mañana concentrando nuestra energía en cosas que no han sido, y que además, no tenemos la certeza de que vayan a ser. Esto nos causa tanta angustia, que olvidamos que lo único asegurado que tenemos es el presente, por lo que tenemos que aprender a vivir día a día.
