Nos tiene que quedar claro que no podemos empezar una guerra contra nuestro cuerpo y esperar ganarla. El cuerpo nunca va a perder, ya que el alma y el espíritu dependen de él para vivir y poder expresarse en esta vida. La única manera de ganar es si aprendes a trabajar con tu cuerpo y para ello la clave es ayudarle a ganar, de esta manera tú también vas a ganar. El cuerpo es único, y es muy importante que lo explores, estudies, escuches y celebres lo que hace por ti todos los días. Ojo, sus necesidades pueden ser diferentes a las del de tu esposo, hijos o amigas, también puede ser diferente a lo que muchas dietas te dicen que debes de hacer.
Debes entender que hay tendencias alimenticias que les funcionan mejor a unas personas que a otras. Hay personas que se sienten muy bien llevando una alimentación vegana, mientras que hay otras que se sienten muy bien comiendo proteína animal. No podemos forzarnos a encajar en una dieta o programa alimenticio porque cada cuerpo es diferente, he ahí la importancia de escuchar lo que tu cuerpo te pide.
Recuerda, más allá de seguir sistemas de alimentación dogmáticos o extremos, escuchar lo que tu cuerpo, mente y alma necesitan es esencial para estar sano. Sentir libertad de elegir lo que quieres comer sin juzgarte, criticarte o estresarte es lo más increíble que puedes hacer por tu cuerpo y tu persona. Dejar ir paradigmas que te limitan es muy importante para que puedas vivir una vida más feliz. Y quiero aclarar que esto no está peleado con estar consciente de tus elecciones y el impacto que tienen en el mundo (por ejemplo, yo creo firmemente en el buen trato y el honor que debemos de darle tanto al reino vegetal como al animal). Sin embargo, serte fiel a ti mismo y al camino que te trae más paz y libertad es lo mejor que puedes hacer por todos. Esta es una elección que viene desde el amor y no del miedo.