Después de una pérdida de esa dimensión es totalmente natural que Lorenzo tenga un gigantesco miedo a que lo vuelvan a abandonar por lo que año tras año trata de protegerse, apartándose de todos y justificándose con la hipocresía de ciertas personas. Sin embargo, por no saber cómo usar el miedo a su favor, Lorenzo vuelve su vida una pesadilla desde la primera posada hasta el Día de Reyes .
Es totalmente natural y sano sentir miedo. El miedo es parte de tu naturaleza y existe para alertarte del peligro. Como todas las emociones, el miedo es energía vital que produce tu cuerpo para ayudarte a sobrevivir. Esa energía la puedes usar para construir o para destruir tu vida dependiendo de qué tan emocionalmente inteligente eres. Si tienes inteligencia emocional sabrás que lo importante no es qué generó tu miedo, si no qué haces con ese miedo. Hay cuatro formas de reaccionar al miedo: huir, congelarte, ser violento o confrontarlo. Las primeras tres reacciones son destructivas y sólo la confrontación consciente y pacífica es la estrategia que te ayuda a crecer.
Para confrontarlo y garantizar que estás usando el miedo a tu favor requieres llevar a cabo dos pasos. El primero es aceptarlo e identificar qué tipo de miedo tienes. Existen cinco tipos de miedo: a la muerte, al dolor físico, a perder el control, a la separación o a perder la identidad. Por ejemplo, los que temen hablar en público corresponde al quinto tipo de miedo, perder la identidad, los que tienen un miedo constante a que su pareja los deje o tienen miedo a la separación. A los que les da terror fracasar, tienen miedo a perder el control. Aunque la lista de miedos puede ser infinita, el 99% son fantasías que produce el ego cuando la mente no está entrenada. Es decir, sientes miedo aunque a tu alrededor, ni tu vida ni la de nadie más está en peligro. Por ejemplo, hasta ahora, es mínimo el porcentaje de personas que se han muerto por cometer un error al hablar en público o porque lo hayan dejado plantado en altar como le pasó a Lorenzo. Aunque ambas cosas emocionalmente duelen, no aniquilan instantáneamente la vida de casi nadie.